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OTRA VISIÓN SOBRE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL DESEMPLEO.

Siguiendo en la profundización que estamos haciendo sobre la inteligencia emocional quiero aportar una visión que considero muy interesante.
Juan Canut Guillén viene a apuntar que la inteligencia emocional es uno de los recursos básicos con los que contamos para regularizar el stress y la inquietud que suelen acompañarnos en nuestro camino hacia la conquista de las metas laborales que perseguimos y que, por tanto, nos llevaría a reconducir nuestra situación personal y laboral.
Es inevitable que, mientras nos encontramos en búsqueda activa de empleo, el agobio y la inquietud son nuestros compañeros de viaje y dejan de serlo en el momento en que la misma finaliza cuando, afortunadamente, logramos un trabajo.
En actuales artículos que tratan sobre el coach( o entrenamiento) aplicado al mundo de la orientación laboral, profesionales en la materia como Claudia Calderón enfatizan el gran peso de la inteligencia emocional en la búsqueda de trabajo y, también, en el día a día de cada uno de nosotros.
Se ha señalado en anteriores publicaciones que la inteligencia emocional viene a ser la capacidad para admitir sentimientos propios y ajenos, y la destreza para manejarlos. Algunas muestras claras de ello pueden ser, por ejemplo: saber escuchar al prójimo, ser amable al relacionarnos con los demás, no hundirse ante la presión, irritarse fácilmente o no perder el sentido del humor. Todas ellas influyen en alguna medida en nuestra lucha diaria por alcanzar los objetivos laborales que deseamos alcanzar.
Dicha autora viene a enfatizar lo ya indicado por Daniel Goleman, autor del libro" Inteligencia emocional", en el sentido de que a la hora de tener éxito en la vida viene a influir en menor medida la inteligencia cognitiva(10-20%) que la inteligencia emocional(80-90%).
En relación a esta cuestión la mencionada profesional nos plantea un ejercicio práctico, aplicable en cada uno de quienes estamos inmersos en la búsqueda activa de empleo. Procuremos recordar el ejemplo de un jefe que nos haya influenciado positivamente en nuestro itinerario profesional.¿ Qué rasgos de dicha persona nos marcó de tal modo?.¿ Eran aspectos vinculados con su inteligencia emocional o con la inteligencia cognitiva?. Seguramente muchas de nuestras respuestas estarán orientadas hacia la inteligencia emocional, o sea, la forma en que ese jefe se relacionaba con su equipo.
En la publicación de la próxima semana vamos a establecer una diferencia evidente entre la inteligencia cognitiva y la inteligencia emocional y vamos a hacer referencia a cinco habilidades con las que podemos entrenar esta última de cara a mejorar nuestra búsqueda activa de empleo.


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