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LA INDEFENSIÓN APRENDIDA EN LA BÚSQUEDA ACTIVA DE EMPLEO.

Tal como apunté la semana pasada, seguimos analizando la interesante perspectiva de María Dolores Mars acerca de las consecuencias emocionales del desempleo.
Muchos de quienes nos encontramos en búsqueda activa de empleo desde hace ya un tiempo hemos experimentado la sensación de qué hagamos lo hagamos nada sirve para conseguir nuestras metas laborales. Seguro que más de una vez, por desgracia, nos ha ocurrido que volcamos nuestras esperanzas en los currículums que entregamos en diversas entidades o empresas, en cursos de formación que hacemos para mejorar nuestra cualificación y....todo ello lo hacemos con expectativas de acercarnos a aquellos objetivos que, con el paso del tiempo, vemos como no los alcanzamos. Esto nos conduce a que llegamos a percibir que no tenemos control alguno sobre el resultado de nuestros propósitos para dejar de ser desempleados.
Ello se puede ver agravado por el hecho de que la persona desempleada viva continuamente eventos negativos y situaciones estresantes ajenas a su control como, por ejemplo, la no concesión de una prestación solicitada, la no selección para un puesto de trabajo en el que teníamos depositadas ciertas expectativas. Considero que muchos quienes ya llevamos unos cuantos meses en búsqueda activa de empleo hemos vivido estos acontecimientos u otros similares.
Esto último nos puede llevar a llegar a pensar que" haga lo que haga, no conseguiré mis metas laborales" hasta el punto de asociar todos los acontecimientos negativos a nuestra supuesta incapacidad y vincular aquellos eventos positivos que nos sucedan a factores exteriores como la suerte o la colaboración de terceras personas y no a otros propios como nuestra constancia.
Así si la referida visión de indefensión se va alargando temporalmente, la persona desilusionada va aprendiendo que responder es inútil. Quienes hemos pasado por ello, en algún momento, podemos dar constancia de que llegamos a un punto de que pensamos que para qué vamos a entregar o enviar currículums, acudir a entrevistas de trabajo o realizar determinados cursos de formación si luego vamos a continuar desempleados.
Puede pasar que quienes nos encontramos en desempleo de larga duración pasemos a un estado de indefensión aprendida, el cual pueda estar vinculado con la depresión clínica y otros trastornos de estados de ánimo.
Sin embargo....voy a dejaros un mensaje optimista. Todos quienes estamos en desempleo de larga duración tenemos mucho que aportar y mucha valía así que adelante y  a no rendirse nunca!!!.
Seguiremos analizando los efectos emocionales del desempleo de larga duración la próxima semana.


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