SER EMOCIONALMENTE INTELIGENTE

La semana pasada empezamos el análisis de  la inteligencia emocional y el desempleo a raíz de una reflexión del diario "Digital de Extremadura"; esta semana continuamos con dicho abordaje.

No conviene ignorar la posibilidad de reinventarse a uno mismo para elaborar nuevas ideas y lograr resultados innovadores. La resistencia psicológica es un agente fundamental para quienes nos encontramos en búsqueda activa de empleo. Aunque resulte complicado, observado desde la perspectiva de un individuo con inteligencia emocional, el desempleo puede ser visto como una ocasión para fortalecernos y no como una advertencia que nos va mermando. 

Personalmente tengo que decir que me cuesta mucho ver el desempleo como una oportunidad y más si el mismo se prolonga durante un largo período de tiempo; sin embargo soy consciente de que puedo escoger si soy víctima o dueño de nuestra persona y, en consecuencia, de nuestras emociones.

La responsabilidad conlleva enseñanza de lo que actualmente estamos experimentando, no echarse la culpa. No es fácil comportarse como una persona emocionalmente inteligente pero si lo hacemos, es más factible que nos repongamos de eventos agobiantes y penosos. Así seremos conscientes de que el timón de nuestra vida, lo dirigimos nosotros y no las emociones negativas que podamos tener.

No debemos olvidar que la transformación personal a través de la inteligencia emocional empieza por conocernos mejor y descargarnos de bloqueos interiores. Más allá de que una búsqueda activa de empleo incide emocionalmente en cada uno de forma diferente, los tres elementos básicos que se apuntan en la referida reflexión son el autoconocimiento, la autogestión y la automotivación que conlleva una obligación personal con dicho cambio.

Un individuo emocionalmente inteligente lo es por la disposición que tome ante los retos que le propone la vida; no es una cuestión que dependa de la profesión de cada uno.

En cierta forma la inteligencia emocional ante los problemas es un arte, una habilidad, una destreza de un individuo implicado en exprimir el jugo de la enseñanza, de cualquier realidad compleja que le propone la vida. Sería positivo para quienes nos encontramos en búsqueda activa de empleo que esta actitud nos lleve a crecer y alcanzar una calma interior, para prepararnos a un pensamiento positivo y con ello a la actividad orientada a la movilización y a la dinamización y nunca al bloqueo.

Como reflexión final, señalar que un buen desarrollo emocional es un factor que puede hacer más viable la predisposición a encontrar empleo. Tendrá la aptitud de continuar fundamentada en la eficiente gestión de sus destrezas mentales. Será fuerte para descartar las emociones desalentadoras al tener capacidad para tramitar las rutinas mentales que definirán su éxito.
Como apunte final, una persona que desarrolle bien sus emociones, es más fácil que esté predispuesta a encontrar empleo. Tendrá la capacidad de persistir debido a la óptima gestión en sus habilidades mentales. Será fuerte para  desechar las emociones desagradables al ser capaz de gestionar los hábitos mentales que definirán su éxito.