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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES Y NUTRICIÓN



     Al igual que la persona que se encuentra en búsqueda activa de empleo debe cuidar su alimentación, puesto que nos puede ayudar a estar más sanos para poder luchar y conseguir nuestro objetivo de la empleabilidad, la persona que trabaja también y la propia empresa puede influir en ello. 

     Salud y trabajo van unidos y se influyen mutuamente. Puesto que la alimentación es uno de los factores que afectan a nuestra salud, es muy importante adaptarla a la actividad laboral, para mejorar el rendimiento y reducir la fatiga. Además, si nos fijamos en una jornada de trabajo, está estructurada en torno a las comidas y los refrigerios: descansos para el café, horas de almuerzo, pausas para la merienda y, más recientemente, visitas a los dispensadores o máquinas "vending" de alimentos y bebidas. 

     Pero además, la pausa para el café o para comer constituye sin duda, el momento social y de relación al trabajo, de manera especial en España. Sin embargo, la realidad en la mayoría de las ocasiones resulta ser bien distinta, y suele considerarse la alimentación en el trabajo como un estorbo, un aspecto secundario al que no se le presta la importancia debida…..en definitiva, una "oportunidad perdida". 

     Recientemente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desvelaba los datos de un estudio internacional realmente reveladores: una nutrición inadecuada da lugar en las empresas de todo el mundo a unas pérdidas de productividad del 20%. 

     En las sociedades occidentales están aumentando el grado de envejecimiento poblacional, las enfermedades no transmisibles y las patologías autoinmunes y degenerativas. 

    Estas enfermedades no transmisibles están muy ligadas al estilo de vida de las personas, siendo el sobrepeso, la obesidad, la diabetes y la hipertensión, las patologías que más han aumentado. 

   El grado de estrés en el que estamos inmersos, hace que también hayan aumentado los trastornos del estado de ánimo, siendo responsables de un gran porcentaje del absentismo laboral. 

    Estas patologías que dependen fundamentalmente del estilo de vida, pueden prevenirse con una adecuada educación nutricional y de hábitos de vida saludables. 

    Una estrategia de alimentación laboral a colectividades, traería una enorme ganancia a la salud pública y en especial a las empresas, porque generaría personas motivadas, más productivas y con un alto sentido de pertenencia, dado que en los espacios laborales se pueden encauzar diferentes acciones para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y fomentar estilos de vida saludables. 

El papel protagónico de los entes gubernamentales desde la política pública, en esta temática, es formular lineamientos para el fomento de entornos saludables alrededor de la alimentación no sólo en infraestructura sino en iniciativas de promoción en salud y educación alimentaria, pero en especial de motivar a los empresarios para que vean en esta una ganancia por la inversión más no una obligación porque se puede medir desde diferentes dimensiones de bienestar. 

En definitiva:
"la alimentación en el trabajo no debe ser considerada un gasto, sino una inversión que reduce muchos otros costes para el trabajador y la empresa, va a mejorar su salud y calidad de vida, y también la de sus compañeros y familiares… ¡ Merece la pena!."


María José Ruiz Vázquez Bióloga especialista en Nutrición y miembro del Grupo InvestigAcción (Optimando la red de contacto)

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