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En ambos lados del mostrador

Considero el Black Friday el pistoletazo de salida para la campaña navideña desde hace varios años. Este día ( normalmente el tercer Viernes de Noviembre ), que ya está arraigado en la sociedad de consumo española y no necesita de presentación, es el primero de varios días (hasta principios de Enero) con un volumen de ventas muy superior y como no, muy esperado a lo normal. Es la campaña de Navidad, el plato fuerte por antonomasia del comercio en general.
En esos días tan intensos, existen ciertas pautas, que a lo largo de mis años como dependiente de comercio y atención al público, he visto que se repiten temporada tras temporada, tanto a un lado como al otro del mostrador.
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Una de ellas, el stock ( o más bien la falta del mismo ) puede dañar la imagen de cara a los clientes. Habría que realizar un estudio previo, para saber exactamente que volumen de producto podemos mantener para la campaña navideña, a que productos “estrella” hay que prestar mayor atención y no ir improvisando sobre la marcha ( aunque sea imposible acertar al 100% claro), porque el cliente rápidamente se va a otro lugar. Tenemos que ser conscientes que en esta época del año, tan fácil es conseguir un cliente, como perderlo y nuestra forma de proceder puede condicionar el que esos clientes se mantengan más allá de la campaña.
Otra, puede ser la deficiente atención al público que puede generarse y no por culpa de falta de profesionalidad ( aunque también puede pasar, hay de todo, como en botica ), sino más bien por el mayor número de clientes. Para paliar eso, una buena técnica es hacerle sentir al cliente que espera, que será atendido y que en cuanto se termine con el anterior, ir a atenderle. La paciencia es fundamental en los dependientes, así como la empatia hacía los clientes ( recordemos que estamos en fechas de cierta tensión y estres). Debemos respirar profundamente y poner nuestro buen hacer y experiencia a disposición del cliente de a pie.
Aunque en ese lado del mostrador, ya he comentado, hay ciertas pautas negativas que se pueden pulir y mejorar, siendo sinceros, son los clientes los que tienen más malas costumbres a la hora de comprar o consumir en esos días de abetos, belenes y turrones. Son todas muy obvias y aún así, todos los años se repiten. La principal, en mi opinión, ya que lo he vivido personalmente, son las compras de última hora. Las posibilidades de que haya disponible el producto o productos que quieras para ti o realizar un regalo, disminuye a medida que se acerca las fechas clave. La compra anticipada y no me refiero sólo a comida ( que suelen subir de precio exponencialmente ) es fundamental. De hecho, son muchas las ocasiones en las que he tenido que decir que tal o cual producto no está disponible en ese momento, que suele coincidir con el 24 de Diciembre, 31 de Diciembre y 5 de Enero principalmente.
Otra es la falta de paciencia del cliente. Se debe ir de compras siendo consciente que vas a soportar colas y esperas para ser atendido. Los vendedores y dependientes muchas veces no dan a basto en esas fechas y aunque a buen seguro hacen bien su trabajo, tienen que atender a más público, por lo que estar tranquilo e ir de compras sin una hora de vuelta fijada ( dentro de lo lógico ) sería más que sano y aconsejable. Llegará tu turno y seguro que obtienes una experiencia de compra estupenda.
En definitiva, la palabra clave a tener en cuenta en ambos lados del mostrador es PACIENCIA. Así seguro, podremos comernos las uvas con una sonrisa de oreja a oreja.
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