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¡¡EL COSTO DE SER INTOLERANTE Y/O ALÉRGICO!!

     Pensando que tema podía tratar en mi nuevo post se me vino a la memoria una conversación tenida hace poco sobre alergia e intolerancia, y los problemas que pueden llegar a tener las familias faltas de recursos para obtener alimentos apropiados.


     

     Comenzaré por decir las diferencias entre una intolerancia y una alergia.

     La Intolerancia consiste en una reacción adversa a una sustancia presente en los alimentos debido a otros mecanismos, como pueden ser enzimáticos (la deficiencia en lactasa origina intolerancia a un azúcar presente en la leche) o farmacológicos (sustancias con potencial acción farmacológica contenidas en el alimento o liberados por él como la histamina o tiramina, …). En las que no se ve implicado el sistema inmunológico y con sintomatología gastrointestinal.

     La Alergia, en cambio, es la reacción adversa a un alimento en la que se ve involucrado el sistema inmunitario, que produce una respuesta clínica anormal en determinados individuos sensibles. La reacción se produce minutos o pocas horas después de la ingestión y los síntomas a veces pueden llegar a ser muy graves, incluso pueden poner en riesgo la vida de la persona.

     Para sufrir una reacción alérgica a un alimento, la persona sensible debe haber estado expuesta por lo menos una vez con anterioridad. El cuadro alérgico se desencadena, cuando por segunda vez su organismo entra en contacto con ese alimento; ahora sus anticuerpos IgE reaccionan con el antígeno, siendo el principal mediador, la histamina, desencadenando la sintomatología alérgica: Picores, dificultad respiratoria, dolor de estómago, vómitos o diarrea. Os invito a que visitéis mi blog donde hay una entrada específica sobre la intolerancia a la lactosa


     Una vez que ya hemos visto cual es la diferencia entre intolerancia y alergia os diré que yo, como intolerante a la lactosa que soy, me he dado cuenta como ha ido avanzando el comercio de productos para las personas alérgicas y/o intolerantes, sobre todo las que tienen más prevalencia en la sociedad como la celiaquía y la lactosa. Desde hace unos años los supermercado han ido incorporando productos sin gluten, sin lactosa, al principio sólo era pocos comercios donde encontrabas estos productos, sólo los especializado y a unos precios desorbitantes y en la actualidad ya lo vemos en la mayoría de supermercados y grandes superficies.

     Ese avance es de agradecer por su puesto, pero lo que no es muy agradable es ver la diferencia de precio que hay entre productos, por ejemplo, sin lactosa o sin gluten, y el resto de los productos y si ya nos vamos a otros tipos de productos más específicos donde sólo lo encontramos en tiendas especializadas los precios se disparan. El problema lo encontramos para las familias faltas de recurso y que incluso tienen que recurrir a Cáritas o bancos de alimentos, donde no hay productos para celiacos e intolerantes, ¿Qué hacen? Lo rechazan, se lo llevan aunque algún miembro o miembros de su familia no puedan comerlo?. Ahí os lo dejo para que reflexionéis.


     Ante eso lo único que puedo hacer y aportar mi grano de arena es que en las diferentes campañas de recogida de alimentos suelo donar productos sin lactosa, a alguien le servirá. 

     Para terminar con este post, dar un toque a los productores y comerciantes para que asimilen los precios de estos productos para alérgicos y/o intolerante y hacerlos más asequible a la sociedad actual. 


María José Ruiz Vázquez Bióloga, Nutricionista y miembro del Grupo Investiga y Acción 2.0



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