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EL DESEMPLEO Y SUS PROBLEMAS EMOCIONALES

Vamos a reflexionar acerca de las problemáticas emocionales que pueden rodear a nuestra situación de búsqueda activa de empleo en la que nos encontramos. En esta entrada se encontrarán referencias a experiencias que todos, como desempleados, hemos vivido personalmente en algún momento de nuestra lucha por salir adelante laboralmente.
Todos estamos de acuerdo en que el trabajo es la fundamental fuente de ingresos y el sustento que todos necesitamos para sacar adelante una familia o, en su defecto, para avanzar nosotros mismos.
Diferentes estudios han acreditado que el empleo nos ayuda a alcanzar un bienestar psicológico y social porque nos proporciona una estructura del tiempo, conlleva que interactuemos con personas externas a nuestro núcleo familiar y compartir con ellas experiencias diferentes, nos da un status social y genera hábitos y rutinas concretos.
En mi caso personal, aplicable a todos vosotros, recuerdo con especial nostalgia mis experiencias en mi último lugar de trabajo, las situaciones estresantes que tuve que compartir con mis compañeros, esos madrugones para ir a trabajar, los desayunos en la cafetería del Centro donde desempeñaba mi labor como trabajador social o el contacto personal que mantenía diariamente con los usuarios a quienes atendía casi todas las mañanas.
No es raro que la gran mayoría de nosotros nos hayamos quejado sobre algunos de los condicionantes que rodeaban a nuestro empleo: acumulación de tareas, retrasos en el pago de las nóminas, diferencias con nuestros compañeros. Aunque, en mi caso personal, estas situaciones no eran muy habituales sí entiendo que pueden llegar a producirse repetitivamente en determinados ámbitos laborales. De hecho conozco personas que, actualmente, pasan por las mismas.
Pero cuando una persona desempleada se encuentra repentinamente con el desempleo puede vivenciar fuertes y negativas repercusiones en muchas dimensiones de su vida desde el desamparo económico hasta las consecuencias psicológicas, emocionales o sociales.
A veces, no muchas, podemos aliviar esos efectos económicos a través de las diferentes prestaciones sociales( prestación de desempleo, Programa Prepara, por ejemplo) pero eso mismo no ocurre con las consecuencias emocionales y sociales del mismo ya que escasean las ayudas adecuadas para abordarlas.
Precisamente, una vez delimitado el enunciado que da nombre a este título, abordaremos el tratamiento de dichos efectos.







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